sábado, 7 de abril de 2007

LOS ARÚSPICES Y EL CONOCIMIENTO DEL RAYO

Los orígenes de la aruspicina no se saben. Quizá en Babilonia, quizá en Grecia.

Ezequiel nos menciona en la Biblia:

"Pues el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada donde los dos caminos se dividen, para conquistar la suerte. Ya sacude las flechas, interroga a sus ídolos, examina el hígado"

Lo que tenemos claro es que los romanos utilizaron la aruspicina, proveniente, seguramente, de los etruscos.

Una de las principales manifestaciones de culto eran: La plegaria los votos y los sacrificios: ofrenda de una víctima en honor de una divinidad.
El sacrificio lo realizaba el sacerdote correspondiente, ayudado por el "victimario". La víctima era rociada antes con una galleta especial hecha por las Vestales. Sobre el altar se derramaba vino ("libatio"). Las entrañas ("exta") eran examinadas por los "arúspices".
Uno de los sacrificios más tradicionales era la "suovetaurile": sacrificio de un cerdo, una oveja y un toro. En el "Ara Pacis" de Augusto (en la foto), aparece una representación de este sacrificio.

Los arúspices adivinaban el porvenir y conocían la voluntad de los dioses estudiando las entrañas de las víctimas sacrificadas.